El bruxismo es una patología que hace que las personas que lo sufren rechinen inconscientemente los dientes por la noche, con movimientos relativamente intensos y rítmicos.
Este problema se da frecuentemente en los niños, pero va desapareciendo a medida que crecen. Pero actualmente, debido a los ritmos acelerados, el estrés y la ansiedad, este problema está siendo cada vez más común en adultos.
El bruxismo tiene una serie de consecuencias que a largo plazo pueden ser bastante dañinas. La primera consecuencia que se da es el desgaste del esmalte dental, lo que lleva a más posibilidades de tener caries, mayor sensibilidad dental e incluso que se rompa un diente. También puede producir dolores de cabeza, oído o cuello, molestia al abrir la boca, dificultad para masticar e incluso para hablar.
Sorprendentemente el tratamiento para este problema es muy sencillo: el uso de una férula de descarga durante la noche. Con la utilización de la férula se consiguen las siguientes mejoras:
- Los dientes no ejercen tanta presión al no poder ejercer la posición máxima de fuerza.
- Ayuda a relajar la mandíbula, y consigue que los dientes no estén constantemente apretados.
- Consigue que todos los dientes de la arcada tengan un contacto equilibrado.
Aunque hay que tener en cuenta que al utilizar la férula todas las noches y al hacer esta la función de los dientes, con el tiempo se va desgastando. Por ello cada cierto tiempo es necesario cambiarla por una nueva para que conserve todas sus funciones. Dependiendo del grado de bruxismo, el tiempo de cambio de la férula va a variar de 1-2 años a cuando lo recomiende el odontólogo.