Unos dientes alineados no solo embellecen la sonrisa sino que, además, facilitan la higiene, dificultando el acúmulo de placa y sarro; disminuyen el riesgo de enfermedad periodontal, es decir, la pérdida de hueso que lleva a la pérdida del diente; y permiten la óptima distribución de las fuerzas masticatorias, evitando problemas en la función oral. Además, la Ortodoncia disminuye el bruxismo y la patología articular.